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¡Espectáculo de Altura! Nubes Lenticulares Transforman el Cielo de Sierra Nevada en una Escena de Otro Planeta


Los cielos sobre Sierra Nevada, en Granada, fueron testigos de un fenómeno meteorológico de belleza impactante y formas caprichosas: las nubes lenticulares. Lejos de ser un avistamiento de ciencia ficción, estas estructuras fijas, con aspecto de platillo volante o lente gigante, son el resultado de una coreografía atmosférica fascinante entre el viento y las imponentes montañas.

¡Espectáculo de Altura! Nubes Lenticulares Transforman el Cielo de Sierra Nevada en una Escena de Otro Planeta

¿Qué son las Nubes Lenticulares?



Las nubes lenticulares, cuyo nombre científico es Altocumulus lenticularis, son un tipo de nube estacionaria. Es decir, aunque el viento fluya a gran velocidad a través de ellas, la nube en sí parece permanecer inmóvil, anclada en un punto fijo del cielo, lo que aumenta su apariencia misteriosa y surrealista.


Su forma es inconfundible: una silueta suave y pulida, a menudo apilada en capas, que recuerda a la de una lente convergente o, popularmente, a la de un  ovni o platillo volante.



La Fascinante Danza de Viento y Montaña


¿Por qué Sierra Nevada es un escenario perfecto para este espectáculo? La respuesta está en la orografía y las condiciones atmosféricas. La formación de estas nubes requiere de la conjunción de tres elementos clave:


Un Obstáculo Montañoso: La propia Cordillera Penibética, incluyendo Sierra Nevada, actúa como un muro natural.


Viento Intenso: Un flujo de aire húmedo y estable debe incidir de forma más o menos perpendicular contra la ladera de la montaña.

Estabilidad Atmosférica: El aire debe estar estratificado en capas con condiciones de estabilidad.

El Mecanismo:


Cuando el viento choca contra la montaña, es forzado a ascender. Al subir, el aire se enfría y el vapor de agua que contiene se condensa, creando una nube que cubre la cima (muro de Foehn).

Una vez que el aire supera la cresta, este tiende a descender rápidamente por la ladera opuesta (sotavento). Sin embargo, debido a las condiciones de estabilidad, el flujo no desciende completamente, sino que comienza a oscilar verticalmente, creando una serie de "ondas estacionarias" o ondas de montaña a sotavento.

Es precisamente en la cresta de cada una de estas ondas donde el aire alcanza su punto más alto y frío, condensando el vapor y formando la nube lenticular. Una vez que el aire desciende nuevamente en la parte baja de la onda, la nube se evapora. Dado que la onda es estacionaria, la nube se forma y se disipa continuamente en el mismo lugar, dando la ilusión de que no se mueve.



Una Alerta para Montañeros y Pilotos


Además de su espectacular belleza, las lenticulares tienen un significado meteorológico importante:

Para Montañeros: A menudo son un presagio de fuertes vientos y, en algunos casos, de cambios inminentes en las condiciones del tiempo.

Para Pilotos: Indican la presencia de poderosas corrientes verticales de aire y fuertes turbulencias que pueden ser peligrosas para aeronaves pequeñas, razón por la cual los pilotos de vuelo a vela (planeadores) las buscan activamente para ganar altitud, mientras que otros las evitan.

Si tuviste la suerte de avistar estas formaciones, fuiste testigo de uno de los fenómenos más bellos y científicamente interesantes que nos puede ofrecer el cielo de Andalucía.

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