Un glaciar que había mantenido firme una pendiente de Alaska durante siglos se está derritiendo, liberando la tierra de debajo en lo que puede describirse como un deslizamiento de tierra en cámara lenta. Pero también existe la posibilidad de un verdadero deslizamiento de tierra que podría causar un devastador tsunami.
Barry Arm es una estrecha brecha de costa en el Sur de
Alaska.
No es muy grande si se la compara con el extenso borde de
Norteamérica que colinda con el océano Pacífico, pero el lugar provoca una
particular preocupación.
En Barry Arm, advierten geólogos, se puede llegar a producir
un deslizamiento de hielo y roca capaz de desatar un tsunami catastrófico para
la región.
Y ese sería solo uno de los posibles efectos del cambio
climático que amenazan a Alaska y otras regiones del Ártico.
Por ello diferentes autoridades, científicos y activistas
ambientales quieren llamar la atención sobre el peligro.
¿Alaska en peligro?
"Posibles efectos devastadores" es como califica
Anna Liljedahl a lo que puede pasar en Alaska, que algunos científicos hablan
incluso de en 12 meses o tan solo algunos años.
"Se trata de fenómenos diferentes a los que conocimos
antes. Y lo peor es que pensamos que se volverán cada vez más frecuentes",
señala la experta del Woods Hole Research Center, con sede en Massachusetts.
Ante este tipo de advertencias, la División de Estudios
Geológicos y Geofísicos de Alaska ha querido expresar cautela y señala que
monitorea de manera permanente los posibles movimientos de tierra en la zona.
La entidad señala que se generaron modelos para el estudio
de la geología de la región para predecir qué tan grande podría ser un tsunami
y cómo se propagaría.
Se utilizan monitores con el sistema GPS (sistema de
posicionamiento global) que funcionan con energía solar para detectar el
potencial de deslizamientos que son los que preceden a los eventos sísmicos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario